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Nuevas tecnologías: cómo influyen en el derecho a la participación infantil

  • A pesar de los riesgos que entrañan, las TIC también ofrecen muchas oportunidades para el derecho de niños, niñas y adolescentes a participar. Así debemos acompañarlos en el entorno digital.

 

En España, los niños y niñas adquieren su primer móvil en torno a los once años. El 90,8% de los y las adolescentes se conectan todos o casi todos los días a internet y el 98% está registrado en alguna red social.

Son datos de la Asociación Europea para la Transición Digital, la entidad que ha impulsado la propuesta de un Pacto de Estado para proteger a los niños y niñas en el entorno digital. La iniciativa, a la que se han adherido 60 entidades incluyendo a UNICEF España, busca proteger a niños, niñas y adolescentes de algunos de los riesgos del mundo online como la violencia, la adicción o el acceso precoz a la pornografía.

A pesar de dichos riesgos (y de que uno de cada tres adolescentes haga un uso problemático de internet y las redes sociales), no todo son sombras: las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) también ofrecen muchas oportunidades para el ejercicio de los derechos de los más jóvenes, como su derecho a la participación.

 

Participación en todos los ámbitos

 

Participar es un derecho fundamental, y también lo es en el ámbito digital. La Observación General 25 nos recuerda que niños, niñas y adolescentes tienen derechos en el ámbito online y la LOPIVI define que todos los niños y niñas deben desarrollarse en entornos seguros, también en el ámbito digital.

Las herramientas online pueden ser aliadas, como vimos durante los primeros meses de la pandemia: permitieron que los consejos de participación y asociaciones continuaran con sus reuniones y actividades a pesar de las dificultades, adaptándose a un nuevo modelo telemático.

Es cierto que estos espacios funcionaron en ese momento de emergencia gracias a que los chicos y chicas ya tenían las relaciones y estructuras construidas antes, de forma presencial. También, que muchos expresaron sentir saturación de pantallas después de la experiencia del confinamiento. Pero, si bien el escenario online no debe sustituir al presencial, especialmente en el caso de los niños y niñas más pequeños, también está claro que las herramientas digitales han llegado para quedarse.

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